¿Sabrías definir qué es IoT (Internet de las Cosas, por sus siglas en español)?
IoT es un conjunto de dispositivos y sensores electrónicos interconectados entre sí que se encargan de medir, recopilar y enviar datos a un servidor centralizado o a la nube.
Una vez que estos datos son tratados, los dispositivos IoT pueden recibir, bien del servidor o bien de la nube, una serie de instrucciones para realizar una acción determinada.
Tal es la importancia de la tecnología IoT, que ha llegado para cambiar nuestro día a día por completo. Un dato para conocer su magnitud: se calcula que para el año 2020 habrá entre 22.000 y 50.000 millones dispositivos conectados a Internet, los cuales nos proporcionarán información muy valiosa, y lo harán en tiempo real.
¿Qué objetos tendremos conectados y cuáles son los principales usos de IoT?
Principales usos de IoT
Las redes inalámbricas y el costo bajo de los nuevos procesadores hacen posible que prácticamente cualquier objeto forme parte de IoT.
En esta línea, el abanico de objetos conectados a tecnología de Internet de las Cosas abarca desde termostatos, interruptores de la luz y cámaras de seguridad pasando por zapatillas que registran nuestra actividad física en la nube o cepillos de dientes que nos alertan de una posible caries o problemas bucales hasta vehículos autónomos, y sin olvidarnos de los asistentes virtuales – cada vez más presentes en los hogares de la mano de Amazon Echo o Google Home. Y todo ello lo podemos gestionar desde diferentes aplicaciones móviles.
Vamos a ver la clasificación en más detalle:
– Domótica: es la automatización de una vivienda o un edificio de manera que estén interconectados los diferentes servicios (agua, luz, calefacción) y aparatos (electrodomésticos, termostatos, cerraduras, etc.) para mejorar la eficiencia energética, la seguridad y el bienestar del usuario.
– Automatización y control de procesos de producción: los dispositivos IoT mejoran la fabricación, la fiabilidad y la eficiencia de los productos obtenidos. También se emplea para el seguimiento del producto en la fábrica.
– Transporte y logística: se basa en la monitorización de los vehículos, de las mercancías, el estado de conservación de las mismas y en la geolocalización del producto para evitar robos y pérdidas. Además, en logística se emplea para calcular la mejor ruta de reparto y gestionar el tráfico.
– Agricultura, ganadería y silvicultura: los dispositivos IoT son los encargados de automatizar tareas fundamentales en la agricultura y silvicultura (detección y control de plagas, el abonado, el riego automático, etc así como para detectar el momento óptimo de recolección de la cosecha).
En el caso de los animales, sirven para su seguimiento biométrico y geolocalización, además de poder chequear el estado de salud del animal y sus necesidades (alimentación, retirada de abono, etc.).
– Videovigilancia y seguridad: los dispositivos con tecnología IoT permiten tener controlados diferentes equipos como alarmas inteligentes, sensores de presencia y de detección temprana de amenazas de manera que garantizan la seguridad de una vivienda, evitando situaciones de riesgo.
– Medicina y cuidado de la salud: se encargan de medir y detectar variaciones significativas de las constantes vitales de una persona y pueden llegar a suministrar medicamentos. Aunque el público objetivo es el ser humano, también es posible monitorizar la salud de las mascotas.
Origen de IoT
Como decíamos, Internet de las Cosas es una transformación de las relaciones entre los objetos y las personas, estando conectados entre ellos en todo momento y ofreciendo información en tiempo real. Pero, ¿cómo hemos llegado hasta aquí?
Para conocer el origen del concepto IoT retrocedemos en el tiempo hasta 1999, año en que Kevin Ashton realizaba investigaciones en el campo de la identificación por radiofrecuencia en red (RFID) y tecnología de sensores en el Auto-ID Center del MIT (Instituto de Tecnología de Massachusetts).
Estaba convencido de que IoT tenía “el potencial para cambiar el mundo tal y como lo hizo Internet” basándose en tres pilares:
- Conexión de todos los equipos electrónicos que nos rodean
- Medición de los parámetros externos a ellos
- Automatización de las actividades que realiza el ser humano
El sistema RFID permite integrar un chip de pocos milímetros en cualquier objeto del hogar, del trabajo o de la ciudad para poder procesar y transmitir información a partir de él.
Hoy en día, el Big Data y el aprendizaje automático se utilizan para el tratamiento y el estudio de los datos mientras que para dar una respuesta acorde se recurre a la Inteligencia Artificial.
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